sábado, 21 de noviembre de 2015

PODER JUDICIAL

El Poder Judicial es uno de los tres poderes del Estado, el cual y en conformidad con el ordenamiento jurídico vigente, se encarga de administrar la justicia en la sociedad a través de justamente la aplicación de normas jurídicas en los conflictos que se susciten. En tanto, el poder judicial se encuentra encarnado por diversos órganos jurisdiccionales o judiciales, tales como juzgados, tribunales, los cuales ejercen la potestad jurisdiccional y gozan de imparcialidad y autonomía, en los casos ideales, claro está, porque lamentablemente es una realidad que no siempre esta autonomía es real, aún existiendo la división de poderes.

Especialmente en los países subdesarrollados la justicia o Poder Judicial se encuentra estrechamente vinculado al Poder Ejecutivo y muchas veces este suele atropellar la independencia a su favor, en aquellos casos en los que el gobierno se encuentra implicado en alguna causa judicial comprometida.




Si se sigue la teoría clásica propuesta por Montesquieu oportunamente, la división de poderes garantiza la libertad del ciudadano. En el ideal, de acuerdo a Montesquieu, un poder judicial independiente resulta ser un eficaz freno para el poder ejecutivo. De la mencionada separación de los poderes del estado surge lo que se denomina como Estado de Derecho, dentro del cual los poderes públicos están sometidos a la ley de manera igualitaria. Entonces, en este marco, el Poder Judicial deberá ser independiente para poder someter al resto de los poderes, muy especialmente al ejecutivo, cuando este contravenga de alguna manera el ordenamiento jurídico.

Además, al Poder Judicial le tocará desempeñar un papel arbitral cuando ocasionalmente se enfrenten los otros dos poderes, el legislativo y el ejecutivo, algo que resulta bastante frecuente por estos días. Los tres poderes del estado son fundamentales, en tanto, el de la justicia necesita de una constante protección porque de el depende que el sistema democrático no deje de funcionar.

En términos estructurales, la organización del Poder Judicial variará de Nación en Nación así como la metodología empleada para los nombramientos. Lo más común es la existencia de varios niveles de tribunales siendo las decisiones de los tribunales inferiores plausibles de apelación por parte de los tribunales superiores y una Corte Suprema o Tribunal Supremo que tendrá la última palabra en cualquier resolución.


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